César Manrique: Arte, Estilo y Ecología en Lanzarote

César Manrique ha sido un personaje insigne en la cultura y hasta en la propia identidad de Las Islas Canarias. Especialmente, lo ha sido para la isla de Lanzarote, su tierra natal, donde además, dedicó toda su vida y obra artística a la defensa del legado y la protección ambiental de la isla.

¿Sabías que su marcada influencia en las artes y la defensa de los espacios medioambientales de Lanzarote le valió el Premio Mundial de Ecología y Turismo en el año 1978?

César Manrique es, definitivamente, un elemento indivisible de la identidad de Lanzarote, tanto como lo son sus paisajes o playas. Hoy en día, sus obras arquitectónicas y artísticas constituyen puntos de interés imperdibles para los turistas que visitan Lanzarote.

¿Quieres saber más sobre la vida y obra de este destacado artista lanzaroteño? No te pierdas este interesante artículo, en el que te contamos sobre las dimensiones más importantes de su vida y su influencia sobre uno de los destinos turísticos más importantes de España: Lanzarote.

César Manrique: Biografía

Vida personal

César Manrique Cabrera es el nombre que figura en el acta de nacimiento del famoso artista lanzaroteño. Nacido en Arrecife (capital de la isla) un 24 de abril del año 1919. 

César pasó los primeros años de su niñez en la zona del Charco de San Ginés, uno de los primeros núcleos urbanos de lo que hoy en día es la ciudad capital de la isla. Sin duda, un lugar con el que más adelante estrecharía fuertes lazos y del que luego diría:

“Lanzarote es para mí, el lugar más bello de la Tierra y me di cuenta de que si los demás son capaces de ver la isla a través de mis ojos, entonces pensarían igual que yo. Desde ese momento, me propuse mostrar la belleza de Lanzarote al mundo.”

Desde pequeño, César mostró fuertes aptitudes para el dibujo, la arquitectura y el diseño de espacios. También mostraba una admiración casi idolátrica por personajes como Picasso, Matisse y otros artistas de renombre en la Europa de principios del siglo XX. 

Sin embargo, tardaría algunos años en profesionalizarse como artista. En lugar de ello, en el año 1936, al estallar la Guerra Civil Española, con solo 17 años de edad se enlistó en el cuerpo de artillería del lado franquista. 

Lo único que se sabe con certeza es que, al acabar la guerra a mediados de 1939, César volvió a su casa en Lanzarote junto a su esposa María José Gámez, se despojó bruscamente de su uniforme, lo pisoteó y lo incendió.

No queda duda de que los horrores de la guerra hicieron mella en el sensible espíritu artístico que César llevaba por dentro.

Formación 

Casi inmediatamente después de volver a casa, César se inscribe en la Universidad de Laguna en Tenerife, donde comenzaría a estudiar Arquitectura. Abandonó la carrera solo dos años después para ingresar en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, donde conseguiría una beca otorgada por la Capitanía General de las Canarias.

César Manrique se graduó con honores como profesor de Arte y Pintura en el año 1945. Sin embargo, años antes ya era reconocido como una joven promesa en el medio artístico capitalino.

Vida profesional

En el año 1942, César logró llevar a cabo su primera exposición como artista individual. Lo que hoy en día se reconoce como el punto de partida inicial de una fructífera carrera artística, cuyas influencias trascendieron fronteras y marcaron para siempre la identidad de un lugar.

Luego de casi 25 años de viajes entre España, Francia y Estados Unidos, César finalmente decide establecer su residencia permanente en la isla de Lanzarote. En ésta, se compromete de lleno con el impulso de las artes, el diseño y el turismo.

Sus años en Lanzarote dejaron un legado de incalculable valor para la región. Manrique fue el cerebro y las manos que desarrollaron algunos de los puntos de interés turístico y cultural más importantes que la isla posee actualmente.

Obra de César Manrique

El valor que la obra de Manrique tiene para la propia identidad de Lanzarote es incalculable. Cada pieza de arte que aportó a la isla no solamente aporta estilo a los espacios, también está cargada de un sentimiento que se reconoce. No es posible concebir la isla de Lanzarote desligada de la influencia de César.

Para hablar de la obra artística de Manrique tenemos que fragmentar el contenido, pues el artista fue considerado maestro en escultura, paisajismo, pintura y arquitectura. En cada una de ellas parecía alcanzar la maestría.

César Manrique y la pintura

“De todas mis pasiones, antes que nada me considero pintor”

A pesar de que la mayor influencia de la obra de César se consiguió a través del urbanismo y la arquitectura, se sabe que la disciplina que él amaba más profundamente era la pintura. Se convirtió en uno de los primeros maestros de la pintura abstracta en España, seguramente debido a la enorme influencia que Picasso tenía sobre él.

Durante las décadas de 1950 y 1960, César materializó decenas de exposiciones en solitario en galerías de arte de Estados Unidos, Suecia, Alemania, España, Francia, Brasil, Austria, Finlandia y hasta Japón. 

Algunas de sus más destacadas pinturas hoy se exhiben en los museos de Lanzarote, especialmente en la fundación que lleva su nombre, entre ellas: 

• Mujeres junto al mar
• Obra sin título
• Uga
• Bodegón 
• Desnudo azul

Existe un elemento imperdible en el análisis de la obra pictórica de César Manrique: el uso de los materiales propios de su tierra como elemento central en las pinturas. Él se dedicó a estudiar las propiedades de los materiales conocidos en los paisajes de la isla de Lanzarote (como la piedra volcánica, cenizas e inclusive fósiles), para convertirlos en los protagonistas de sus más destacadas piezas.

César Manrique en la Escultura

La escultura funcionó como un complemento en la obra de Manrique. Por lo general, todas sus obras de arquitectura, paisajismo o urbanismo eran coronadas por una pieza escultórica, firma característica del estilo del artista.

Existe un elemento particular en la obra escultórica de Manrique, tal vez uno que no se presente en ninguna de sus otras propuestas. Aparentemente, César no imprimía una identidad propia para las obras de escultura, no había un “estilo personal”. En lugar de eso, adopta la escultura de acuerdo a las necesidades del espacio y el uso.

Tal vez lo más hermoso de su propuesta en este ámbito es que resultaba moldeable y completamente impredecible para el público. César hacía cambios bruscos en los materiales, las técnicas y los propósitos de su obra, como si los hiciera para servir a los propósitos de Lanzarote en lugar de a su propio nombre.

La propuesta de materiales parece incoherente entre sí. De hecho, Manrique llegó a trabajar con prácticamente cualquier material para convertirlo en una obra de arte al servicio de su tierra natal. Un ejemplo palpable lo encontramos en Objeto Encontrado, una obra realizada a partir de restos de naufragios en la zona, que hoy en día es exhibida en su propio museo de la ciudad de Arrecife.

Durante sus más de 40 años de vida artística, César Manrique fue autor de cientos de esculturas, sin embargo, hoy en día las más reconocidas se exhiben en la Fundación César Manrique o a lo largo de locaciones insignes de la ciudad de Arrecife. Algunas obras destacadas son:

• Fecundidad – hierro pintado
• Cactus – hierro pintado
• Cangrejo ciego – hierro pintado
• Objetos encontrados – madera de naufragio
• La Guerra – piedra volcánica
• La rueda – madera trabajada
• Homenaje a Wilhelm Reich  – piedra esculpida

Juguetes de viento

Juguetes de viento es una dimensión destacada de la propuesta escultórica de Manrique. En esta realidad, que propone casi al final de su carrera, el artista se separa de los elementos estáticos para comenzar a experimentar con la movilidad, el balanceo y la rotación.

Con los “juguetes de viento”, Manrique continúa trabajando con materiales muy pesados, como el hierro, la madera y la piedra, pero en esta ocasión busca una armonía con el viento (un elemento ambiental abundante en la isla de Lanzarote) que, al influir en la obra, convierte los elementos pesados en objetos aparentemente etéreos.

Se cree que “juguetes de viento” se inspiró en los paisajes de Lanzarote durante su niñez, que estaban plagados de molinos de viento. César quería suplantar a los ya desaparecidos molinos con elementos artísticos que transmitieran la misma armonía con el viento. Su intención era llenar la isla con estas obras. 

Tristemente, la desaparición física del artista en el año 92, no permitió que esta interesante obra logrará madurar y sembrarse en Lanzarote. Sin embargo, logra establecer uno de sus primeros juguetes de viento en la zona de Arrieta.

La obra se trata de una escultura móvil increíble: veleta de hierro pesado de varios metros de altura que parece cobrar vida propia al ser impactada por los vientos costeros. La escultura aún se exhibe en las calles de Arrieta.

“Fobos” fue otro de sus juguetes de viento, instalado en la Rotonda de Tahiche entre los años 94 y 95 (fue una obra póstuma). “Fobos” consta de una serie de enormes esferas de hierro interconectadas, que giran y se mecen con el impacto del viento, dando la sensación de tratarse de verdaderos juguetes. Hoy en día, Fobos ha sido adornado con luces nocturnas multicolores. 

Obra arquitectónica de César Manrique

La obra arquitectónica de César destaca principalmente por haber servido a un propósito superior: modernizar los espacios de Lanzarote, haciendo resaltar los elementos naturales propios de su paisaje. 

Cada proyecto que Manrique llevó a cabo en su tierra natal buscaba fusionar la practicidad y el estilo con las virtudes que ofrecen los espacios naturales de la isla. Esta armonía marcó un estilo único en su trabajo, que con el pasar de los años poblaría todo Lanzarote, erigiendo obras públicas y privadas que hoy en día son de gran interés turístico.

Desde su regreso a la isla en el año 64, Manrique se volcó por completo en una campaña de sensibilización generalizada. Con ella buscaba educar a los lanzaroteños sobre la importancia de preservar el legado cultural a través de la arquitectura tradicional de la isla. 

Por ejemplo, intentaba explicar que las remodelaciones, reparaciones y nuevas construcciones debían hacerse siempre bajo los lineamientos de estilo tradicionales, en lugar de usar materiales y estilos modernos. También luchó hasta lograr que el gobierno local prohibiera el uso de vallas publicitarias en carreteras y espacios donde podría interferir con el paisaje costero.

Hoy en día, las más destacadas creaciones arquitectónicas llenan los espacios de Arrecife y otras zonas de Lanzarote, convirtiéndose en puntos de interés turístico muy importantes para el desarrollo económico sustentable que la isla ha modelado durante las últimas décadas.

Algunas de sus más importantes obras de arquitectura son:

• Jameos de Agua

Los Jameos de Agua puede verse como el pináculo de la propuesta arquitectónica de Manrique en la isla. Una expresión única de la fusión entre el diseño y la naturaleza, que se considera una de las obras más importantes de el artista en Lanzarote.

Con su imaginación, César logró transformar dos túneles del volcán Corona en un espacio aprovechable turísticamente sin afectar los recursos naturales de la zona. Los Jameos de Agua de Manrique están formados por dos secciones: el jameo chico, que alberga un restaurante muy famoso; y el jameo grande, que contiene una piscina natural y un auditorio verdaderamente único con capacidad para 600 personas.

Los paseos a través de los Jameos de Agua constituyen una de las actividades de interés turístico más importantes de la región e incluyen visitas guiadas a través de los espacios de los túneles, degustaciones en el restaurante y acceso a lugares restringidos para el público en general, como las hermosas cascadas subterraneas.

• Taro de Tahiche

Taro de Tahiche se conoce también como la Casa Volcán, fue construida en el año 1968 para convertirse en la espectacular residencia personal de César Manrique. 

La obra se erigió sobre el espacio propio de cinco coladas de lava volcánica que se formaron durante la erupción de 1730, lo que la convierte en una construcción verdaderamente incomparable con cualquier otro lugar de la ciudad.

Hoy en día, Taro de Tahiche es la sede de la Fundación César Manrique, locación donde se exhibe la mayor parte de su obra. 

Esta casa es la máxima demostración de la pasión de Manrique por fusionar el arte y la naturaleza. Toda la construcción de la casa aprovecha elementos naturales propios del terreno, sin afectarlos. 

Toda la planta baja aprovecha los relieves de 5 burbujas volcánicas para propósitos de estilo. Por ejemplo, la hermosa piscina con caída de agua que se construyó sobre la mismísima roca del terreno.

Los jardines que rodean el amplio terreno de la casa hacen alusión a los paisajes de propios de la isla, que combinan en verde de la vegetación con la negrura de la piedra volcánica.

• Mirador del Río

El Risco de Famara, al norte de la isla, cuenta con una muestra magnífica del genio de Manrique: un mirador para turisticas excavado sobre la propia roca del acantilado rocoso de la costa; un lugar que durante la guerra albergaba una bateria de artilleria pesada.

Manrique parecía buscar suplantar las cicatrices de la guerra con obras de arte accesibles para el público. Un proyecto que llevó a cabo en colaboración con Eduardo Cáceres y Jesus del Carmen Soto.

El mirador recibe decenas de miles de visitantes por año, que buscan apreciar la maravillosa vista del Archipielago Chinijo. También cuenta con restaurante, café y varias terrazas separadas.

• Jardín de Cactus

El Jardín de Cactus se conoce por ser la última obra pública de Manrique para Lanzarote. Fue construida en 1990 en el lugar que anteriormente había sido una cantera de piedra.

El espacio resguarda diferentes especies de cactus y vegetación árida propia de la zona, en un paseo diseñado para turistas.

• Horno del Timanfaya

El horno asador de Timanfaya es un restaurante único en todo el mundo, construido sobre zona volcánica. Este particular restaurante tiene un horno que aprovecha la energía geotérmica para conseguir técnicas de cocción sin comparación.

• Paseo de Playa Jardín

El artista remodeló los espacios de Playa Jardín, anexando modernos restaurantes, bares, caminerías y jardines públicos que adornan la línea costera.

• Lago de Costa Martiánez

Una obra cumbre en la carrera de Manrique, situada en Puerto de la Cruz, en Tenerife. Es un amplio complejo de recreación pública de aproximadamente 100.000 metros cuadrados, dominado por un lago artificial en el centro y complementado por numerosas piscinas, paseos, jardines, miradores, bares y restaurantes.

Costa Martiánez es hoy en día un punto de interés turístico que alberga gran parte de la vida turística en Tenerife.

Reconocimientos y premios otorgados a Manrique

La larga carrera de Manrique y su incalculable impacto, no solo para Lanzarote sino para toda España, le mereció al artista numerosas reconocimientos y galardones del mundo artístico.

Algunos de sus premios más destacados fueron:

• Premio Mundial de Turismo y Ecología
• Hijo Adoptivo de Tías
• Hijo Predilecto de Lanzarote
• Hijo Adoptivo de Las Palmas
• Hijo Adoptivo de Gran Canaria
• Hijo Predilecto de Arrecife
• Premio Fritz Schumacher
• Premio Europa Nostra
• Medalla de Oro a las Bellas Artes

Conclusión

Pocas cosas harán que desees visitar Lanzarote como lo hace el legado artístico de Manrique. 

Ir de vacaciones a la isla no se trata solamente de disfrutar del clima cálido y los servicios turísticos de primera. Las visitas a Lanzarote no estarán completas si no dedicas tiempo para conocer las diferentes obras de Manrique a lo largo de toda la isla.

Igualmente, una visita a la Fundación César Manrique es una actividad imperdible, a la que puedes llegar caminando, en bus o en vehículo alquilado, ya que se encuentra en una de la zonas más concurridas de Arrecife.

En definitiva, no hay manera de pasar días en la isla sin experimentar la energía que brota de la colaboración única entre el hombre y la naturaleza que solo puede ser experimentada en Lanzarote, gracias al ingenio y las manos privilegiadas de Manrique.

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